![](http://vocesdeltourette.com/wp-content/uploads/2020/08/escuela.jpg)
Para algunos niños con síndrome de Tourette la escuela puede representar un desafío, tanto a nivel académico como social. Muchas veces los tics se hacen evidentes en clase, la capacidad atencional se ve afectada, aparecen los problemas de conducta, se ven afectados los vínculos sociales y demás dificultades que requieren ser atendidas. Es por eso que se recomienda favorecer un contacto estrecho entre la familia, los educadores y los profesionales. Solo trabajando en equipo se puede garantizar que el niño reciba los apoyos necesarios para que su experiencia escolar sea feliz. Es muy importante poder explicar al personal educativo de qué se trata esta condición y las problemáticas que puede traer aparejadas.
Para explicar a los profesores que su hijo tiene síndrome de Tourette, se recomienda solicitar una reunión con las autoridades para poder entregar los informes médicos o psicológicos que tengan y facilitar la información de contacto del profesional que hace el seguimiento de su hijo. Además, es recomendable que un referente interno o externo a la escuela explique a todos los profesores, al equipo directivo y al personal no docente (administrativos o monitores) la información facilitada por la familia. Así, podrán ayudar a su hijo dentro y fuera de la clase.
De acuerdo al caso y a la naturaleza de las dificultades se determinará si es necesario o no realizar adaptaciones áulicas o adecuaciones curriculares.
1. Si no existen dificultades académicas, no es necesario realizar ningún tipo de adecuación curricular.
2. Si existen dificultades académicas, se realizará una valoración para especificar qué tipo de dificultades se observan y definir las adaptaciones correspondientes.
Algunas de las adaptaciones áulicas que podrían ponerse en práctica en la escuela para ayudar a su hijo son:
– Buscar una ubicación en el aula en la cual no se sienta observado.
– Ignorar los tics.
– Permitir que salga fuera del aula cuando esté nervioso o con muchos tics (ir al baño o salir al patio, ir a secretaría para realizar algún encargo…).
– Brindar tiempo extra para tareas y exámenes.
– Dar menor cantidad de deberes.
– Si existe dificultad en la escritura, ofrecer la posibilidad de presentar los deberes escritos en computadora o reducir la copia de enunciados.
– Anticipar situaciones inesperadas.
– Ayudar en la organización de la agenda.
– Elogiar el esfuerzo y los pequeños logros.
– Facilitar el contenido de las clases mediante fotocopias o permitirle realizar grabaciones.
Los niños con síndrome de Tourette tienen mayor predisposición a sufrir aislamiento, baja autoestima y sentimientos de tristeza y soledad. Los estudios indican que son notablemente más proclives a ser víctimas de bullying. Es por eso que resulta fundamental la mirada atenta de la escuela y los padres para favorecer la inclusión social del niño. En primer lugar, es importante que los pares conozcan de qué se trata su condición, dado que está comprobado que saber al respecto aumenta el respeto, la empatía y la actitud colaborativa. Para esto la escuela puede propiciar diferentes situaciones para conversar al respecto. También es importante que la escuela adopte una actitud de tolerancia cero frente al bullying. Del mismo modo, el niño podrá trabajar con el equipo de profesionales el desarrollo de habilidades sociales que faciliten su inclusión, así como estrategias de resolución de conflicto.
Los niños con síndrome de Tourette tienen más riesgo que los niños sin tics de ser víctimas de acoso escolar. Por este motivo, muchas escuelas han puesto en marcha intervenciones para evitar este problema.
Un primer paso para prevenir el acoso escolar es explicar a los alumnos en qué consiste el trastorno. Cuando uno no se sabe qué son los tics, es más probable que se hagan comentarios inadecuados sobre los movimientos o los sonidos. Por el contrario, cuando uno entiende qué es el síndrome de Tourette, suele ser más comprensivo e incluso puede ayudar a la persona con tics.
Para explicar a los compañeros qué es el síndrome de Tourette, se recomienda que profesionales especializados acudan a la escuela para dar información sobre el trastorno y resolver las dudas que puedan tener.
Además, su hijo puede preparar una exposición sobre el trastorno para el resto de la clase.
Para cualquiera de estas opciones, es necesario el consentimiento de los padres o tutores legales.